¿Por qué a base de plantas?
Para combatir el cambio climático, podemos hacer una gran diferencia con solo poner más alimentos de origen vegetal y menos productos de origen animal en nuestro plato.
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Por nuestro aire
La explotación de casi 2 mil millones de animales terrestres para consumo humano en México genera cada año una enorme cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual empeora la crisis climática.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la industria pecuaria constituyen el 14.5 % de las emisiones generadas por los humanos a nivel mundial.
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Pero hay buenas noticias, cambiar los productos de origen animal por deliciosos alimentos a base de plantas puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la alimentación a la mitad.
Por nuestra agua y tierra
Las dietas más predominantes, en la que se consume mucha carne, hacen uso no sostenible de los recursos naturales del planeta. La explotación de animales como alimento representa el 8% de todo el uso humano del agua y ocupa el 33% de las tierras de cultivo en el mundo.
Y lo que es aún peor, la producción de carne, lácteos y huevos también contaminan nuestra tierra y agua. Las granjas industriales de pollos e instalaciones similares generan toneladas de desechos, que suelen usarse excesivamente en las tierras de cultivo cercanas como fertilizante. Esto conduce a la contaminación de nutrientes que puede destruir los ecosistemas acuáticos y causar proliferación de algas tóxicas, que ponen en peligro a los humanos y a todos los animales.
¡Las plantas al rescate!
Los alimentos a base de plantas son mucho más amables con el planeta que la carne, lácteos y huevos, ya que requieren menos recursos como energía y agua para su elaboración, y contaminan menos.
Por ejemplo, la deliciosa Beyond Burger, hecha de proteína de chícharo, genera 90% menos emisiones de gases de efecto invernadero que una hamburguesa de carne animal.
Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que consumir plantas en vez de carne todos los días pueda reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la alimentación a la mitad. Incluso comprometerte a hacerlo unos días a la semana puede hacer una gran diferencia.
